Si te preocupa la privacidad y la seguridad, navegar por internet con una VPN es una buena idea. Pero es que además las Virtual Private Network (Red Privada Virtual en castellano) o VPN ofrecen unas cuantas ventajas más asociadas a su forma de funcionar y el mejor ejemplo está en ChatGPT. Llevo casi un mes usando una VPN en mi día a día y con ChatGPT ahora me parece imprescindible: estos son los motivos.
Sin fronteras ni restricciones geográficas
Que deslocalice tu ubicación (y puedas ponerla donde te interesa) tiene una ventaja importante: poder usar ChatGPT en cualquier parte independientemente de que haya sido lanzado en ese país en concreto. Cabe destacar que ChatGPT ha estado prohibido en Italia y que hay otros países como por ejemplo China donde no está disponible.
Del mismo modo, si OpenAI lanza una función o un software en ciertas regiones, basta con que configures la VPN con esa localización para que puedas disfrutarla.
Con una VPN es posible conectarse a servidores alojados en otros países para simular que estás allí, lo que permite entrar a ChatGPT sin problema. Para alguien como yo, que acostumbra a viajar al extranjero con relativa frecuencia y usa el modelo de IA de OpenAI a menudo para su trabajo, la plena disponibilidad es una cuestión importante.
Desde cualquier Wi-Fi, aunque esté capada
Aunque lo normal cuando estoy en Madrid o Pamplona es trabajar en casa, de vez en cuando me toca echar el portátil en la mochila montarme la oficina en una bibioteca pública, centro cívico o incluso en una sala de universidad. En alguna ocasión he llegado a encontrarme la Wi-Fi capada para ciertas tareas lúdicas como entrar en X/Twitter y que ChatGPT esté limitado es una opción.
En ese escenario basta con que conecte mi VPN antes de navegar y ya podré esquivar la restricción para entrar a ChatGPT. Eso sí, es importante que haya buena conexión (algo que no siempre se da) para que la experiencia de uso sea estable.
Más privacidad (con letra pequeña)
Es fácil pensar que al usar un VPN nuestra experiencia puede llegar a ser más anónima y sin rastro, pero nada más lejos de la realidad. Pero para profundizar en este tema, primero avanzaremos algo: ChatGPT depende de una gran cantidad de datos para proporcionar sus servicios. A modo de resumen, recopila información de tres formas: con el registro, con las cookies y con la conversación.
Para interaccionar con ChatGPT es necesario loguearse en tu cuenta, por lo que la sesión sigue quedando registrada. Y cabe destacar que para hacerse una cuenta de OpenAI es necesario un email y un teléfono, así que de anonimato, nada.
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Por otro lado, conforme entras en su web, esta recopila información sobre ti de forma pasiva, como puede ser tu localización, el dispositivo desde el que navegas, la IP y hasta tu historial de visitas. Esto no es nada nuevo y ni siquiera es exclusivo de ChatGPT: estos datos se recopilan para personalizar la experiencia de usuario y sus preferencias, es decir, entre otras cosas para publicidad personalizada.
Finalmente está la propia sesión de chat, donde aportamos información y feedback para que el modelo de lenguaje siga entrenando y depurándose para mejorar. Precisamente por este punto ChatGPT está prohibido en algunos entornos laborales.
Ahora que ya tenemos claro lo anterior, para una experiencia más privada con ChatGPT existe la opción de desactivar el historial de chat, de modo que la información compartida en la sesión no se empleará para el entrenamiento. Así, este chat solo se almacenará durante 30 días para después borrarse. El logueo para usar ChatGPT no es opcional entonces, ¿de qué sirve una VPN?
Una VPN da un extra de privacidad, ya que aunque estés dentro de tu cuenta, ChatGPT no sabrá dónde estás ni qué dispositivos estás usando para acceder a sus servicios.
Mayor protección ante brechas de seguridad
Una de las grandes problemáticas de ChatGPT tiene que ver con la cantidad de datos que requiere, su empleo para el entrenamiento y que puedan producirse brechas de seguridad dejen al descubierto esta información, algo que de hecho ya sucedió hace unos meses.
La consecuencia del punto anterior es que en el caso de que los datos de ChatGPT vuelvan a sufrir un ataque, usando una VPN habrá menos información que exponer.
Portada | Foto de Emiliano Vittoriosi en Unsplash
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