Del reskilling al upskilling: qué son, y cuáles serán las habilidades más demandadas en 2026

El futuro del trabajo ya no depende solo de la tecnología, sino de cómo las personas y las organizaciones aprenden a convivir con ella. Porque, de cara a 2026, el éxito profesional dependerá menos del título que de la capacidad para reinventarse

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Marcos Merino

Editor

El mundo laboral está viviendo una de las mayores revoluciones desde la aparición de Internet. La irrupción de la IA generativa, la automatización y la digitalización de procesos ha acelerado un cambio que no solo afecta a los sectores tecnológicos, sino a prácticamente todas las profesiones.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el 44 % de las habilidades actuales de los trabajadores se verán alteradas de aquí a 2026. Dicho de otra manera: lo que hoy sabemos hacer dejará pronto de ser suficiente.

Frente a este panorama, dos conceptos se vuelven esenciales: reskilling y upskilling. Ambos describen la necesidad urgente de aprender de nuevo o mejorar lo aprendido, pero aunque suelen usarse indistintamente, no significan lo mismo y sus implicaciones para empresas y trabajadores son muy diferentes.

Qué es el reskilling

El reskilling —traducido habitualmente como recualificación o reaprendizaje— consiste en formar a una persona para que adquiera competencias completamente nuevas, que le permitan desempeñar un rol distinto al actual.

Vamos, que no se trata solo de actualizar conocimientos, sino de reorientar la carrera profesional hacia áreas donde la demanda de talento es mayor. Por ejemplo, un operario de planta que aprende mantenimiento de robots colaborativos (cobots) y asciende a técnico de automatización.

El reskilling es la respuesta a la automatización y la obsolescencia de ciertos oficios. En lugar de despedir y contratar nuevo personal, las organizaciones invierten en reconvertir a los trabajadores existentes, preservando su experiencia y su cultura organizativa.

De hecho, informes como el Future of Jobs Report estiman que más del 60 % de los trabajadores necesitará algún tipo de reskilling antes de 2027, especialmente en sectores administrativos, industriales y de servicios.

Qué es el upskilling

El upskilling, o mejora de competencias, se centra en profundizar en las habilidades que una persona ya posee, ampliando su capacidad de aportar valor dentro de su propio rol o sector. Es una evolución, no una reinvención.

Piensa, por ejemplo, en un analista financiero que aprende programación en Python para automatizar informes, o un docente que incorpora herramientas de aprendizaje adaptativo y recursos de IA para personalizar sus clases.

Y, como explica el informe de Pearson, las habilidades como comunicación, pensamiento analítico o gestión emocional están ganando peso frente a las puramente técnicas, lo que obliga a una actualización constante incluso en profesiones no tecnológicas.

Dos caminos igual de necesarios en nuestro mercado laboral

Según el Informe Habilidades del Futuro 2025 de Banco Santander, ambos procesos comparten una base común: la adaptabilidad, definida como la habilidad para "aprender, desaprender y volver a aprender de manera continua".

En España, el SEPE y Fundae advierten que más de la mitad de los trabajadores necesitará actualizar sus competencias digitales para mantener su empleabilidad, por lo que están impulsando precisamente este doble enfoque: programas de recualificación digital para colectivos en riesgo de automatización (reskilling) y formación continua en competencias digitales y blandas para profesionales en activo (upskilling).

En otras palabras, el upskilling ayuda a estar al día, y el reskilling a cambiar de rumbo

El desafío no es menor. España presenta una de las mayores brechas entre formación y necesidades reales del mercado en la UE, y esto implica que muchos profesionales tienen títulos, pero carecen de las competencias prácticas que demandan las empresas.

El papel de las empresas: formar para competir

No basta con que el trabajador quiera aprender; la empresa debe facilitarlo. Modelos de referencia como los de Microsoft, Iberdrola o Telefónica han mostrado que invertir en programas de upskilling no solo mejora la productividad, sino que reduce la rotación de personal.

Los expertos ya aconsejan a las organizaciones españolas diseñar itinerarios personalizados de formación interna y vincularlos a la evolución profesional. En definitiva, el reskilling se convierte en una inversión estratégica, no en un gasto formativo.

La respuesta educativa: microcredenciales y aprendizaje modular

Las universidades y centros de formación también están adaptándose. Según el Informe de Prospección Formativa 2025 del SEPE, las microcredenciales digitales y los cursos cortos especializados serán el formato dominante para la formación profesional continua.

En paralelo, las plataformas globales como Coursera o edX ya ofrecen itinerarios certificados de 3 a 6 meses en áreas como IA aplicada, ciberseguridad o análisis de datos. El mensaje es claro: formarse rápido, de manera flexible y orientada a la práctica.

Las habilidades más demandadas para 2026

1. Pensamiento crítico y resolución de problemas

El Foro Económico Mundial la sitúa como la competencia número uno para 2026. En un entorno donde las máquinas procesan datos a una velocidad inhumana, el valor diferencial estará en saber interpretar, cuestionar y decidir. Estudios españoles confirman que el pensamiento crítico predice mejor la empleabilidad que la memorización o la productividad pura.

2. Comunicación y colaboración digital

Trabajar en remoto o en equipos híbridos exige una comunicación clara, empática y adaptada a entornos virtuales. El Pearson Skills Outlook lo califica de power skill esencial, junto con la inteligencia emocional.

3. Alfabetización tecnológica y manejo de IA

El upskilling digital será el denominador común de todas las profesiones. No se trata solo de saber usar herramientas, sino de entender cómo la IA y la automatización influyen en los procesos. La mitad de las empresas europeas experimenta retrasos en proyectos por falta de personal con competencias en datos, automatización o IA aplicada.

4. Responsabilidad corporativa

El trabajo del futuro también será ecológico y ético. El Foro Económico Mundial destaca la sostenibilidad y la gobernanza (ESG) como nuevas prioridades formativas, y cada vez más compañías buscan profesionales capaces de alinear tecnología y sostenibilidad, especialmente en sectores energéticos, industriales y logísticos.

5. Aprendizaje continuo

La formación deja de ser una etapa y se convierte en una actitud permanente. El 72 % de las empresas europeas ya considera la 'capacidad de aprender rápido' como la habilidad más importante al contratar.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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