Empecé con el almacenamiento en la nube hace ya unos cuantos años, en esas primeras épocas en las que te daban gigas gratis por cualquier cosa. Desafortunadamente esa era pasó a mejor vida y como persona que no paga por los servicios en la nube, actualmente me apaño con las versiones gratis de Google Drive, Dropbox, Apple iCloud y OneDrive, lo que me llevaba casi a hacer malabares para organizarme.
Vaya por delante que no es que sean difíciles de usar una por una, pero entre dispositivos y plataformas, el proceso puede ser tedioso. Así que probé una de esas aplicaciones que aglutinan las nubes para simplificar el proceso. No puedo estar más contenta: no pago por ella (aunque tiene versión premium) y ahora subir todo mis nubes es más rápido e intuitivo.
Air Explorer: varias nubes y una única aplicación para gestionarlas
La aplicación en cuestión se llama Air Explorer y está disponible para Windows y para Mac, algo que he agradecido porque aunque trabajo con el ecosistema de Apple, de vez en cuando me toca usar el equipo de mi pareja, con Windows 11. Así, puede descargarse directamente desde su web. En cuanto a dispositivos móviles, está disponible también para Android, pero echo en falta que me sirviera también para iPhone y iPad. No es el caso y es una pena, porque ya me parecería perfecto.
Una vez instalado en el equipo, lo primero será ir añadiendo cuentas de los diferentes servicios de la nube que usemos. La primera sorpresa agradable es la ingente lista de nubes que puedes usar con Air Explorer, no faltan mainstream como las que yo uso o Box, OneDrive, Terabox, Megafire o Mega, pero también está Magenta Cloud, Huawei Drive...
Otra cosa útil es que puedes tener varias nubes de un mismo servicio, algo que me viene bien para mis diferentes cuentas de Google con sus respectivas cuentas, porque sino tendría que estar abriendo y cerrando sesión para ir transfiriendo archivos. La sincronización es automática una vez están vinculadas.
Es importante tener en cuenta que para usarla hay que añadir tanto el email vinculado como su correspondiente contraseña. Ese menú permite añadirlas de golpe, ordenarlas y eliminarlas fácilmente.
Para simplificar el proceso de transferencia, que normalmente suele hacerse arrastrando los archivos que nos interese guardar en cierta nube determinada a esa misma aplicación (o de forma alternativa, desde el navegador si no hemos instalado nada), aquí la interfaz tiene dos pantallas al estilo de un gestor de archivos (porque de hecho, es lo que es en esencia) para moverte por las diferentes carpetas para así elegir la ruta de origen y de destino.
Cuando ya lo tengas todo, tocas sobre la flecha para enviar de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. Más fácil todavía: hasta puedes arrastrar cosas desde el escritorio del ordenador a las nubes que tengas abiertas.
La apariencia es clásica, por lo que la curva de aprendizaje es mínima. Además en la zona superior de ambas ventanas puedes abrir otra pestaña para por ejemplo enviar unas cosas a Google Drive y otras a Dropbox simplemente manteniendo lo que te interesa en primer plano. De este modo nos evitamos tener varios programas abiertos y gestionamos todo de forma unificada pero organizada.
Air Explorer no usa servidores intermedios, sino que simplemente va de origen a destino y en caso de pasar de una nube a otra, por ejemplo si decides darte de baja en un servicio y quieres usar otro, el intermedio será tu equipo. Asimismo, la configuración también se guarda en local.
Este sería el uso básico que le doy yo, para lo cual la versión gratis me es más que suficiente, pero la Pro cuenta con funciones extra como la programación, tener más cuentas para que varias personas gestionen sus nubes en el mismo programa, la posibilidad de poner contraseña, simultanear varias subidas y bajadas o usar nubes empresariales.
Portada | Antonio Vallejo
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