Los jefes que deciden volver a la oficina: acabó el confinamiento y los trabajadores pueden tener más distracciones desde casa

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Ya llevamos meses viendo cómo, tanto en España, como en otros mercados del mundo de los que existen estudios, las empresas que habían apostado por el teletrabajo, incluso después de la época fuerte de pandemia y que alababan sus bondades, están ahora mandando a sus empleados a las oficinas (el sector tecnológico se están librando más que otros).

Esto aunque muchos estudios indican que el teletrabajo ha mejorado la productividad y ahorra dinero y tiempo tanto a empresas como a trabajadores.

Sin embargo, los directivos están apostando por las oficinas. Se ha llegado a acuñar el término paranoia de la productividad, definiéndola como una situación en la que "los directivos temen que la pérdida de productividad se deba a que los empleados no trabajan, a pesar de que las horas trabajadas, el número de reuniones y otras métricas de actividad han aumentado". Algo así como una pérdida de confianza del jefe al no ver a sus trabajadores haciendo sus tareas con sus propios ojos.

Según un nuevo estudio de The Wall Street Journal, las empresas que intentan ser más ágiles y eficientes en una economía que se enfría están aplicando estrategias conocidas de crisis anteriores. Recortar en viajes o almuerzos, por ejemplo. Y, en este proceso de volver a como era la situación hace unos años, otras empresa están mandando la vuelta a las oficinas.

De acuerdo con Allan Jones, fundador y director ejecutivo de Bambee, una empresa de consultoría y software de recursos humanos de Los Ángeles, Estados Unidos, esto:

"refleja la renovada sensación de control de los jefes y su preocupación de que la productividad de los empleados en casa pueda estar cayendo a niveles inasequibles".

Quitar las distracciones

Ante una situación económica complicada (aunque como se publicaba a la hora de hablar de los futuros despidos masivos de Accenture, se debe a la situación geopolítica global y a la inflación en muchos mercados) a quien se les va a "apretar el cinturón", bien con despidos o bien con mayores exigencias será a los empleados.

Jones dice que él y la mayoría de los ejecutivos de su red profesional han llegado a la conclusión de que "el éxito inicial del trabajo a distancia es insostenible". ¿La razón? Ante una crisis muchos empleados aumentaron su esfuerzo. Y las empresas identifican que en casa puede haber algunas distracciones que hace un par de años no había.

En la época de confinamiento nadie podía escaparse a comer fuera a un restaurante o a jugar su deporte favorito porque todo estaba cerrado. "Un par de años después, las cosas son diferentes y menos eficientes a los ojos de directivos", segñun dice este directivo.

Otro ejemplo está en la empresa de ciberseguridad Rapid7 Inc. que hasta hace unos meses no tenía requisitos establecidos y ahora mandar ir a la oficina tres días a la semana.

La empresa dice que estudió el rendimiento de los empleados en persona y en casa para llegar a esa cifra: "Vimos tensión a largo plazo en la colaboración, la comunicación entre equipos y especialmente el desarrollo de las nuevas contrataciones y los nuevos directivos", cuando hablan de teletrabajo.

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